Hoy en día, es una realidad: si disponemos de una buena conexión a internet, podemos conectarnos desde cualquier lugar para localizar una dirección, pedir un Uber, hacer una llamada o subir una foto a Instagram.
Pero además, estas nuevas comodidades han llegado a ocupar un puesto muy importante en el ámbito laboral con la llegada del teletrabajo. Sobre todo a raíz de la pandemia, nos hemos dado cuenta de la increíble ventaja que supone el hecho de abrirnos a este nuevo mundo desconocido. Es por ello que muchas empresas lo han instaurado como parte de su filosofía de trabajo, tras darse cuenta de las facilidades y los beneficios que conlleva.
Atrás quedaron los largos desplazamos para llegar a la oficina, los atascos o las horas de tren y autobús, los apuros y las prisas cuando nos quedamos dormidos o nos surge un imprevisto. Pero también desaparece la desconexión una vez que apagas tu ordenador y te marchas del lugar de trabajo, que ahora es tu hogar o, en el mejor de los casos, un espacio de coworking.
Vamos a repasar un poco qué es y qué conlleva esta nueva práctica que está cambiando nuestra manera de trabajar, de relacionarnos y de vivir, además de nuestros objetivos y propósitos a la hora de optar por un trabajo u otro.
Qué supone el teletrabajo en nuestras sociedades
El mundo está cambiando. En las últimas décadas están ocurriendo acontecimientos que marcan incondicionalmente la manera en que nos relacionados y nos desenvolvemos en nuestro entorno.
Las culturas se encuentran, las tradiciones y costumbres se fusionan unas con otras, los productos y alimentos que consumimos traspasan fronteras e impregnan los mercados de prácticamente cualquier rincón del Planeta. Parecieran que caminamos hacia una cultura global, donde nuestros hábitos de vida son cada vez más similares y universales (puedes ver mi artículo “¿Caminamos hacia una cultural global?”.
Ya hemos hablado anteriormente de aspectos concretos en este sentido, como es el caso del amor romántico y las relaciones sentimentales (visita mi artículo aquí).
En la esfera laboral, donde las relaciones y los vínculos entre empresas de distintas partes del mundo son cada vez más fuertes y frecuentes, necesitamos detenernos un momento y analizar qué está pasando.
Por su puesto, la llegada de internet y el avance de las nuevas tecnologías han hecho posible que se nos abra todo un mundo de nuevas oportunidades. En este momento, para la mayoría de nosotros seguramente sería inimaginable vivir en un mundo sin acceso a internet. Se ha convertido en un elemento tan básico como el agua, la electricidad e incluso el oxígeno que respiramos.
Gran parte de los trabajos actuales requieren de un ordenador con conexión a internet. Incluso si el trabajo en sí no consiste en estar delante de una pantalla ocho horas al día, seguramente la gestión se procesa telemáticamente. Internet ha permitido que ya no nos limitemos a rellenar documentos desde un ordenador de oficina y relacionarnos con el resto de personas que acuden al mismo lugar de trabajo, sino que hoy es posible conectarnos con personas que están en cualquier parte del mundo, y realizar nuestro trabajo incluso desde una isla paradisíaca.
En mi caso personal, trabajo con personas que están en continentes diferentes a donde yo me encuentro, y desarrollo proyectos súper interesantes desde una cafetería o la comodidad de mi hogar. Puedo continuar mi trabajo a pesar de las fronteras y de los cambios horarios. Ya nada nos detiene, la diversidad está más conectada que nunca.
Ventajas del teletrabajo
Siguiendo con lo que comentaba anteriormente, desde mi experiencia, estas son algunas de las ventajas que supone el teletrabajo para mí:
- No se pierde tiempo de desplazamiento.
- Facilita la conciliación personal, familiar y laboral.
- Puede mejorar la concentración, no hay distracciones de ruidos o interrupciones de oficina. Te permite organizar mejor tus tiempos y prioridades.
- Puedes hacerlo desde cualquier lugar, ya sea un pequeño pueblo en la montaña, una cafetería frente al mar o en el centro de una gran ciudad.
- Nos permite conectar con personas de cualquier parte del mundo, aprender de ellas y desarrollar nuestras habilidades de comunicación intercultural (mira mi artículo)
- Representa un amplio abanico de posibilidades en cuanto a proyectos, iniciativas y personas
Posibles riesgos e inconvenientes
Acabamos de repasar las indudables ventajas del teletrabajo. No obstante, es importante tener en cuenta también los posibles riesgos o inconvenientes que supone:
- Se convierte en una práctica más impersonal. Aunque facilita muchísimo los procesos, en gran parte de los casos nos comunicamos sin conocer nada de la persona que está al otro lado de la pantalla.
- Se pierden los momentos de relaciones sociales que se producen en la oficina, las conversaciones esporádicas, los momentos de café, las confesiones, etc.
- Normalmente la empresa no te paga internet. Incluso muchas veces tampoco el ordenador, lo que supone una inversión que debe hacer el propio trabajador. Sin embargo, si contamos con el ahorro de tiempo y dinero de transporte, no considero que sea algo grave…
- Riesgo de aislamiento social. Vivimos en un mundo tan frenético y en el que el trabajo forma una parte tan importante de nuestra vida diaria que, en ocasiones, nos olvidamos de dedicar tiempo a tareas de ocio y socialización. Al tener “la oficina en casa” y prescindir de la necesidad de salir, puede ocurrir que nos acomodemos a pasar demasiado tiempo aislados del resto del mundo.
- Incertidumbre y falta de comunicación. A veces, al tener ritmos de trabajo y horarios diferentes, esperamos una respuesta de alguien que puede tardar más de lo que desearíamos.
Opciones de teletrabajo actualmente
Seguro que estás familiarizado con el término “nómada digital”. Así es como se conoce ahora a las personas que trabajan en remoto y, por tanto, aprovechan para desplazarse a su antojo por distintos lugares sin tener que renunciar a su trabajo. Se ha llegado a idealizar mucho esta idea porque, a simple vista, transmite una idea de libertad y control sobre las propias decisiones vitales.
Pero no hay que malinterpretar este estilo de vida. Si bien es cierto que ofrece mucha flexibilidad en cuanto a la movilidad física, no deja de ser un trabajo en el que hay que cumplir horas y/o objetivos. Las personas trabajan igualmente y, en ocasiones, mucho más de lo que lo harían en una oficina fija.
Además, hay que tener en cuenta que no todos los puestos de trabajos son susceptibles de aceptar nómadas digitales. Por supuesto, aquellos que requieren algún tipo de presencialidad física, presentarán ciertos inconvenientes.
El año pasado estuve teletrabajando en la isla de Las Palmas de Gran Canaria. Me alojé en un coliving con otros cinco nómadas digitales provenientes de Francia, Alemania, Canadá y Turquía. Se dedicaban a profesiones vinculadas con la programación informática, el diseño gráfico y la comunicación. Y, aunque por las noches nos relajábamos y hacíamos planes sociales, todos ellos dedicaban muchísimas horas a su trabajo a lo largo del día.
Por eso creo que es importante dejar claro que el teletrabajo y la vida de nómada digital no consiste en tomar mojitos en la playa con el ordenador al lado, como muchas veces nos intentan vender.
Sin duda tiene sus ventajas y, personalmente, me encanta teletrabajar. Pero no hay que negar que, como cualquier trabajo presencial, requiere compromiso, esfuerzos, dedicación y trabajo duro.
Si te estás preguntando dónde puedes encontrar opciones de trabajo en remoto, ahora mismo es fácil encontrar opciones filtrando por Linkedin, grupos de Facebook, plataformas como Freelancer, Workana, Domestika, Fiverr o Infojobs.
En definitiva, hay muchísimas opciones para aprovechar las tecnologías y generar una red diversa más allá de los límites físicos y de las fronteras culturales. Solo tenemos que salir ahí fuera 🙂
Hola Raquel,
muy interesante tu última publicación.El teletrabajo ha llegado para quedarse.
La cultura global a la que sin duda nos encaminamos requiere de la constante presencia del ordenador
que nos mantiene comunicados.Podemos estar conectados con el mundo de forma permanente.
Pienso que los riesgos e inconvenientes pueden ser controlables.
Lamento no haber podido conversar más tiempo el día de tu partida,pero justamente ese dia te
teníamos una cita ineludible en Madrid
Te deseo mucha,mucha suerte.Abrazo.
¡Muchas gracias, Silvia! El teletrabajo es una ventana inmensa de oportunidades y de generación de nuevos vínculos, solo hay que aprender a aprovecharlos y a evitar las distracciones que pueden generarnos ruidos y amenazas… ¡Nos vemos muy pronto! Un abrazo fuerte 🙂