Camino de Santiago: 10 aspectos a tener en cuenta

Con el auge del Camino de Santiago, las peregrinaciones se convirtieron en una red de conexión de Europa, siendo Santiago, Roma y Jerusalén los grandes epicentros de las peregrinaciones.

El Camino de Santiago ha adquirido una gran popularidad, no sólo en España, sino también en otras partes del mundo. Cada año, miles de personas se aventuran en esta travesía que, independientemente del motivo inicial, supone una experiencia transformadora.

La peregrinación en la historia

Los primeros datos sobre peregrinaciones datan del siglo X. Ya por aquella época, los peregrinos eran conscientes de las dificultades y amenazas que suponía atravesar largas distancias por estos territorios desconocidos y hostiles, por lo que solían realizarlo en compañía. 

El siglo IX, tras el descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago, supuesto el inicio de las creencias que fomentarían el peregrinaje hacia Santiago, donde se pensaba que los creyentes encontrarían el perdón y la gracia. El inicio del Camino de Santiago comenzaría con el Camino Primitivo, y se iría ampliando con el Camino Francés, considerado el más importante. Otras rutas de peregrinaje que llevan a Santiago son: el Camino del Norte, la Ruta de la Plata, el Camino Inglés y el Camino Portugués.

Desde el siglo XI, la peregrinación hacia Santiago se convirtió en el acontecimiento religioso y cultural más importante de la Edad Media, dejando una marca artística y cultural en la sociedad. De hecho, en 1985 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y, en 1987, fue reconocido por el Parlamento Europeo como Primer Itinerario Cultural Europeo.

El Camino: Vía de transmisión cultural, religiosa y espiritual

El Camino de Santiago juega un papel fundamental en el intercambio cultural entre la Península Ibérica y el resto de Europa desde la Edad Media. Supone un elemento esencial de desarrollo artístico, cultural y económico de todas las zonas que atraviesa.

Muestra la identidad de un territorio, una sociedad y una cultura en constante comunicación e intercambio de conocimientos.

Las costumbres, ideas, cultura e información que discurren por el Camino, se transmiten cada vez con mayor rapidez y facilidad. Toda la red de Caminos que llevan a Santiago representan una amalgama de obras artísticas y vínculos religiosos, culturales y económicos.

No obstante, a pesar de tratarse de una tradición inicialmente religiosa, hoy en día son muchos los motivos que llevan a una persona a aventurarse a realizar el Camino de Santiago: puede ser el resultado de una motivación deportiva, por la búsqueda del desarrollo personal, como una práctica de ocio y socialización, o incluso un reto.

Además de hostales, posadas, restaurantes y mesones, monasterios, puentes y calzadas, fue necesaria la construcción de hospitales debido a las enfermedades que contraían los peregrinos a causa de la mala alimentación, el cansancio y las amenazas durante sus travesías.

Todas estas localidades que ofrecían servicios al peregrino, se vieron beneficiadas económicamente gracias a las necesidades que cubrían: alimento, aseo, hospedaje, sanidad, ocio, artesanía, turismo, textil, etc. Por tanto, se constituyeron como verdaderas fuentes de dinamización económica en el territorio, además de convertirse en focos de comunicación intercultural al acoger personas de todas partes del mundo que, en muchas ocasiones, decidieron asentarse en el lugar.

10 cosas a tener en cuenta

Tal vez estás pensando en embarcarte a esta aventura única. Caminar por rutas históricas, dejando atrás nuestras rutinas diarias y nuestros hábitos, conlleva sacrificios pero también recompensas.

Iniciar tu andadura con el único objetivo diario de atravesar kilómetros por paisajes únicos hasta llegar a un humilde alojamiento y degustar alimentos modestos acompañados de otros peregrinos, supone una experiencia revolucionaria que no te deja indiferente.

Sin embargo, no es conveniente lanzarnos sin más. Conviene reflexionar primero sobre varias cuestiones importantes. A continuación, te comparto algunos aspectos que deberías tener en cuenta antes de iniciar tu Camino.

1.Conseguir la Credencial

Para poder alojarte en los albergues para peregrinos, deberás adquirir tu Credencial del Peregrino. Se trata de un libro que testifica nuestra condición de peregrinos, permitiendo que nos alojemos en los albergues y que consigamos la Compostelana al llegar a Santiago.

Se puede adquirir en distintos lugares: Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago en España, albergues, parroquias o Cofradías. En esta Credencial, iremos recolectando los sellos de los albergues en los que nos alojemos y lugares que frecuentemos. Puedes coleccionar todos los que quieras, pero deberás hacerte con un mínimo de dos sellos diarios durante los últimos 100km si deseas conseguir la Compostelana.

2.Elegir bien la ruta

Como has visto, existen multitud de opciones en cuanto a los caminos que puedes tomar, concurriendo todos en Santiago. Por tanto, es importante que analices cada una de ellas para tener en cuenta cuestiones como: recorridos, accesos, dificultad, pendiente, tramos peligrosos, travesías por bosque o urbes, etc.

En mi caso, realicé el Camino del Norte, que atraviesa montañas y el terreno es bastante más irregular que el Camino Francés. Este último atraviesa la Península por zonas llanas y más fáciles de transitar.

3.¿Cómo prefieres desplazarte?

La mayoría de los peregrinos realizan el Camino a pie. Sin embargo, según tus preferencias y capacidades personales, también podrías optar por otros medios.

Son cada vez más los que se animan a completar los recorridos en bicicleta, o incluso a caballo. Sin embargo, debes saber que existen diferencias también en cuanto el acceso a albergues, teniendo prioridad aquellos peregrinos que transiten a pie.

Tu elección dependerá mucho de tus preferencias, pero también será interesante tener en cuenta otros aspectos como la ruta, los alojamientos disponibles, o el clima.

4. Distancia seleccionada

A pesar de que existen muchísimas recomendaciones sobre distancias, rutas o cantidad de días, lo cierto es que se trata de una actividad completamente libre y a tu medida: puedes elegir el número de kilómetros que deseas realizar, desde dónde quieres comenzar, en qué localidad deseas hospedarte, etc.

Sin embargo, si tu objetivo es conseguir la Compostelana, deberás haber completado al menos los últimos 100 kilómetros del recorrido que lleva hasta Santiago de Compostela.

5. ¿Sólo o acompañado?

Muchas personas, deciden comenzar esta aventura como un viaje espiritual, de retiro o de transformación personal. Otros, sin embargo, quieren vivirlo como una práctica sana de ocio, bastante diferente y único. Cualquier opción es válida.

En mi caso, hice el Camino con mi gran amiga Almudena, y siempre digo que no podría haber elegido a una mejor compañera de aventuras.

Piensa bien cuál es tu objetivo, qué deseas experimentar, y cómo deseas vivirlo: de forma independiente y con tu propia compañía, o rodeado de otras personas.

6. Motivaciones principales

Como hemos visto, son muchos los motivos que impulsan a una persona a realizar el Camino. Aunque tradicionalmente se ha considerado una práctica vinculada a las creencias religiosas, como muestra espiritual y de devoción, cada vez es más frecuente que la gente se lance a vivir esta experiencia por motivos completamente ajenos.

Piensa bien cuáles son tus objetivos, y qué deseas conseguir mediante esta vivencia:  

¿Te encanta caminar y crees que puede ser un reto interesante?

¿Encaja en tus planes de ocio y piensas que podría ser una forma divertida de disfrutar tus vacaciones?

¿Te encanta la naturaleza y te gustaría conocer nuevos entornos, paisajes y personas interesantes?

¿Sientes que necesitas un período de desconexión y te apetece disfrutar de un tiempo contigo mismo?

¿Necesitas tomar decisiones importantes y crees que esta experiencia te ayudará a afrontar nuevos desafíos?

Sea por el motivo que sea, el Camino podría ser la vía que te permita dar respuesta a tus inquietudes.

7. La mochila, tu inseparable compañera

Durante tu aventura, tendrás una compañera permanente en cada momento: tu mochila. Será un peso muerto pegado a tu espalda de forma continua, en los descensos y bajadas, en los días de calor y de lluvia, en las travesías de montaña y de ciudad.

Por ello, es muy importante que elijas bien qué vas a incluir en ella. Asegúrate de llevar sólo lo indispensable, y no cargues la mochila de “por si acasos”.  Personalmente, te sugiero incluir sólo un par de camisetas y pantalones, calcetines y ropa interior (en los albergues suele haber lavadoras), además del saco de dormir, toalla y productos de aseo, documentos de identificación, dinero y vaselina (para las ampollas y rozaduras).

Intenta llevar también algo de comida cada día, como fruta, galletas, frutos secos o barritas. ¡Y cantimplora de agua!

8. Alojamientos

En cada pequeña aldea, pueblo o ciudad que atraviesa el Camino, es frecuente encontrar al menos un alojamiento público y algunos privados. Sin embargo, asegúrate bien del número de plazas y la cantidad de albergues disponibles en cada una de tus paradas, sobre todo en temporada alta. Puede que corras el riesgo de que, para cuando llegues, no haya plazas disponibles y tengas que continuar tu camino o, como opción, acampar al raso.

Lo que nos ocurrió a nosotras fue que, en nuestra primera noche, sólo quedaba una cama disponible, y en la segunda estábamos tan preocupadas que decidimos comenzar la ruta a las 4:30am. ¡Totalmente desaconsejado!

9. Comida y restaurantes

Al igual que ocurre con los alojamientos, no está de más que eches un vistazo a las opciones disponibles para comer en tu próxima parada. También deberías tener en cuenta si hay supermercados y tiendas por la zona (y si están abiertos, los domingos suelen estar cerrados).

Durante nuestro camino, hubo un día que tuvimos que sobrevivir con los sándwiches que llevábamos del día anterior, pues en el pueblo no encontramos absolutamente nada abierto.

10. Dolor físico

La mayoría de la gente habla de las ampollas en los pies, de los dolores intensos y de los calambres. Y es cierto. Personalmente, no tuve demasiados problemas con ello, cada mañana me embadurnada bien los pies en vaselina, y ello ayudó muchísimo.  

Sin embargo, mi problema principal fue otro: la espalda.

A diario, dependiendo del tramo, cargarás la mochila durante unas 5-7 horas aproximadamente. Si no adoptas una buena postura y no tienes una buena base muscular, puede que lo pases mal.

Las contracturas y el cuello cargado pueden acompañarte durante todo el camino. Cuida mucho la colocación de la mochila, el peso y la postura.

Espero que este artículo te haya servido de ayuda para aclarar ciertos aspectos sobre el Camino de Santiago. No dudes en compartir tus comentarios y darme tu opinión.

En el próximo podcast, Almudena y yo compartiremos nuestra experiencia realizando el Camino de Santiago hace ya cinco años.

Además, si deseas recibir mi guía gratuita sobre distintas opciones fáciles para conocer y conectar con otras culturas, puedes hacerlo aquí.

¡Gracias por leerme!

2 Comments

  • Silvia dice:

    2021 es Año Santo Compostelano,buen momento para revivir los orígenes del camino de peregrinación.
    La presencia de Santiago en Galicia mezcla la historia y la leyenda,pero lo más importante es que dio origen a esta ruta que recorren desde hace siglos los devotos venidos de todas parte del mundo.
    Tengo amigos que no son creyentes o en todo caso no practicantes ,pero que han vivido su experiencia de peregrinos con mucha intensidad y la consideran inolvidable.
    En la Edad Media este camino fue una suerte de ruta turística que vio multiplicarse albregues,posadas y hospitales.La pandemia lo ha modificado todo,pero creo que las celebraciones serán siempre atractivas.

    • Raquel dice:

      ¡Muchas gracias por tus comentarios Silvia! Tienes toda la razón, este año sería el momento perfecto para revivirlo. Esperemos que, a pesar de la pandemia, podamos seguir disfrutando de estas vías de trasmisión artística y cultural. ¡Un abrazo!

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