¿Alguna vez has sentido una inversión tan plena realizando una actividad que has perdido por completo la noción del tiempo? Quizás mientras escuchabas música, practicabas un deporte, dibujabas o escribías, tocabas un instrumento,…
Esta sensación fue descrita como flow o “estado de fluir” por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, uno de los investigadores más importantes de la Psicología Positiva.
Según el autor, se trata de un estado producido cuando existe un equilibrio entre las habilidades y el nivel de dificultad de la actividad, que debe ser ligeramente difícil, lo que promueve la creatividad y la inspiración.
¿Qué es el estado de fluir?
Si ahondamos en lo que realmente significa este estado, veremos que se trata de una situación en la que el cuerpo y la mente se conectan profundamente, eludiendo cualquier tipo de distracción al percibir que el tiempo se detiene. Se agudizan los sentidos y el nivel de concentración.
Una vez que se logra llegar a este estado, se produce una sensación de éxtasis y claridad que expande nuestra capacidad para saber qué hacer en cada momento.
En este sentido, el autor trataba de dar respuesta a la teoría ya formulada por Abraham Maslow, de que el bienestar material no otorga directamente la felicidad a menos que ya estén cubiertas las necesidades básicas, entre ellas la autorrealización personal.
Csikszentmihalyi afirma que las personas somos capaces de convertir actividades cotidianas y monótonas en experiencias placenteras, y ello nos ayuda a alcanzar la realización personal.
Por tanto, el estado de “flow” puede alcanzarse con cualquier actividad que nos aporte placer, por muy sencilla que parezca. El propio autor define este momento de éxtasis como “el paso a una realidad alternativa”.
La felicidad es un “estado de fluir”
Para que seamos capaces de alcanzar el estado de “flow”, es necesario que se den una serie de condiciones:
- Encontrarnos completamente concentrados y enfocados en lo que hacemos
- Estar alejados de la realidad cotidiana. Es decir, encontrarnos en un estado de éxtasis
- Sentir una gran calidad, sabiendo qué hacer a cada momento y cómo hacerlo
- Ser conscientes de nuestras capacidades y habilidades para realizar las tareas que queremos desarrollar
- Sentirnos parte de algo más grande, en calma y serenidad
- Enfocarnos en el presente, perder el sentido del tiempo
- Poseer una motivación interna sin necesidad de reconocimiento externo
Los beneficios del estado de fluir son innegables: se dispara nuestro rendimiento, seguridad y calidad de las tareas realizadas, disminuye el estrés y el esfuerzo necesario y, al mismo tiempo, se incrementa el placer y el disfrute de las experiencias vividas. Por tanto, se produce un equilibrio entre las metas y las habilidades para alcanzarlas, entre la acción y el pensamiento.
Al fluir, mejora nuestra calidad de vida: tomamos el control de nuestro cuerpo y nuestra mente, alcanzamos un nivel superior de consciencia y experimentamos la esencia del momento.
En definitiva, nos invade la sensación de bienestar y de felicidad plena.
Como ves, es muy importante detectar cuáles son las actividades que nos apasionan y que nos permiten experimentar el estado de fluir, ya que serán las que mayor satisfacción y placer nos otorguen.
¿Cómo podemos alcanzar el estado de flow?
Como hemos dicho, el estado de fluidez o flow se produce cuando alcanzamos una conexión plena con la actividad que estamos realizando, de modo que el tiempo pareciera detenerse y desaparecen estados mentales como la ansiedad, el aburrimiento, la apatía y la preocupación.
Estas son algunas de las formas en que podemos fomentar la transición hacia el estado de flow:
- Haz algo que te apasione: necesitamos una motivación que permita aumentar nuestra productividad y creatividad, a la vez que disfrutamos de lo que hacemos.
- Define bien tus objetivos, y asegúrate de que sean alcanzables: en general, tendemos a cumplir un propósito en mayor medida cuando éste es claro y sabemos exactamente cómo llegar a él. Además, debemos ser realistas y, aunque apuntemos alto, ser conscientes de nuestros propios límites.
- Encuentra el equilibrio entre tus habilidades personales y la tarea a desarrollar: cuando existe este equilibrio, disfrutamos más de las actividades que realizamos y, por tanto, somos capaces de caminar hacia el autocrecimiento y autodescubrimiento.
- Toma el control: sabemos que las actividades de flujo son un poco adictivas por el bienestar que producen, suponen un desafío y un reto personal que requieren de todas nuestras habilidades y destrezas.
- Focaliza y evita distracciones: concéntrate en la tarea que estás realizando. Cuando somos capaces de prestar toda nuestra atención en una sola cosa, las acciones se vuelven automáticas y espontáneas, somos capaces de mimetizarnos con la actividad. Elimina los “ruidos” y escapes de energía que pueden hacerte perder el foco.
- Alarga el momento: cuando fluimos, perdemos la noción del tiempo y disfrutamos de cada segundo. Trata de mantener la actividad el mayor tiempo posible para acostumbrarte y darte la oportunidad de crecer.
- Céntrate en el proceso, no en el resultado: el estado de fluir hace referencia a la actividad, no al resultado de la misma. Lo importante es lo que se produce mientras te encuentras en ese estado de “trance”, el bienestar y el disfrute del mismo.
Cuando fluimos, proyectamos bienestar
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