Salud mental, 6 prácticas para reconectarnos con nuestra esencia

El pasado mes de febrero, llevamos a cabo las presentaciones físicas de mi primer libro “Diversidad cultural: lecciones de sabiduría para ser felices y construir un mundo mejor”.

Durante la presentación del día 4 de febrero en ABONAVIDA, una cafetería ecológica del centro de Madrid, compartí una reflexión inspirada en las palabras de Carlos Venegas (puedes escucharle aquí):

“Muchas veces vemos el mundo como que el sociólogo tiene su caja de herramientas, y piensa que con esa caja de herramientas va a solucionar el mundo. Claro… pero a lo mejor hay herramientas que le faltan, y que tiene el biólogo, o el músico, o el diseñador…

Entonces, sí ponemos en común todas esas herramientas, por supuesto que vamos a poder crear un mundo mejor. Pero claro, el cambio tiene que empezar por que el sociólogo decida compartir esas herramientas, y aceptar que hay herramientas que no tiene, y que necesita poner en común con otras personas”.

Puedes ver el video completo de la presentación aquí.

Esta reflexión surgió a raíz de una pregunta que me lanzó mi amigo Alejandro Ramos: ¿considerarías este libro dentro del género de la autoayuda?

Lo cierto es que, a pesar de la vida tan frenética y “automatizada” que llevamos en la mayoría de las sociedades modernas, parece que cada vez más personas están tomando conciencia de la importancia de la salud mental y del bienestar personal y colectivo de manera holística, global.

Parece que, en cierta medida, se está produciendo un “despertar”.

La importancia de la salud mental en el siglo XXI

En el momento actual, vivimos en un mundo completamente inestable, cambiante y completamente incierto. Se están produciendo acontecimientos importantes que nos desestabilizan y ponen en duda nuestro control sobre nuestras vidas: enfermedades, inflación, trabajos temporales y jornadas interminables, terremotos, guerras, medidas políticas estrictas, despidos laborales, escasez de alimentos, extinción de especies animales,…

Todo ello nos hace sentir vulnerables, y los niveles de frustración y estrés se disparan frente a la pérdida de esta falsa sensación de control.

La buena noticia es que, con la globalización y el progreso, también estamos conociendo otras realidades, otras formas de vida. Y aquí es donde entra en juego la toma de conciencia sobre la importancia de la salud mental, de estar bien no solo físicamente, sino también en paz y armonía con nosotros mismos internamente.

Por suerte, la salud mental empieza a ser una cuestión de gran relevancia en nuestras sociedades: lo que, hace tan solo unos 20 o 30 años se consideraba una tontería, ahora recibe un serio diagnóstico médico sobre el que tendrá que trabajarse para que la persona se recupere de su malestar.

Un malestar que tiene mucho que ver con nuestro ritmo de vida, nuestros hábitos de ocio y consumo, el bombardeo de las redes sociales, y todas las situaciones de estrés descritas anteriormente. Ante este panorama tan frustrante, muchas personas comienzan a “despertar” en la búsqueda de una reconexión con su propia esencia y con el mundo en el que viven.

A continuación, quiero compartir contigo algunas herramientas que tal vez puedan servirte para potenciar el bienestar emocional y la salud mental.

6 herramientas para fortalecer la salud mental

Estos son solo algunos de los hábitos que podemos poner en práctica para disfrutar de una mente sana:

1.Controlar nuestros pensamientos

¿Sabes que cada día tener unos 60.000 pensamientos? Lo más llamativo es que, de todos ellos, un 70% suelen repetirse, tratándose por lo general de pensamientos de preocupación, estrés, tristeza y angustia. Por eso, es muy importante que controlemos lo que gobierna nuestra mente.

Algo que aprendí de Robin Sharma es que no es posible estar pensando dos cosas a la vez de manera óptima. Por eso, el autor recomienda que, cuando un pensamiento negativo te invada, inmediatamente lo reemplaces con un pensamiento positivo. Así acabarás con la negatividad en tu mente y ganarás en autoconfianza y control sobre tus propios pensamientos.

2.Meditación y mindfulness

Se trata de técnicas que ayudan a calmar la mente y a deshacernos del ruido que tenemos constantemente en nuestra cabeza. Se trata de pararnos un momento para sentir, escuchar y estar en el momento actual.

3.Practicar deporte y ejercicio físico

Por supuesto, necesitamos movernos para activar nuestras funciones cardiovasculares y hacer que fluya más oxígeno hacia el cerebro. Además, produce una sensación de bienestar gracias a la generación de serotonina, dopamina y endorfinas.

Pero el deporte tiene un componente no solo físico, sino también emocional: nos hace sentir conectados con nuestro cuerpo, con el entorno y con otras personas a nuestro alrededor. La práctica de deportes colectivos fomenta el sentimiento de pertenencia y empatía.

Puedes leer más sobre la práctica deportiva vinculada con la cultura en el post que publiqué hace unos meses: “Cultura deportiva, un reflejo de los valores de la sociedad”.

4. Contacto con la naturaleza

El ser capaces de reconectarnos con la naturaleza, los seres y el mundo que nos rodea, sin duda nos hace estar más presentes y relajados. Dar un paseo por el campo, hacer una ruta de montaña, bañarse en el mar o, simplemente, respirar aire puro en algún lugar alejado de la contaminación y el ruido de la ciudad, nos ayuda profundamente a relajarnos.

5. Alimentación y descanso

Para estar sanos tanto física como psicológicamente, necesitas cuidar nuestros hábitos de sueño y de alimentación. Estos tienen un impacto directo en nuestro estado físico y mental: la privación de sueño y el consumo de alimentos nocivos conlleva cuadros de ansiedad, irritabilidad, desmotivación e, incluso, depresión.

Durante las horas de sueños, nuestro cerebro es capaz de regenerarse y de eliminar la basura metabólica, creando nuevas conexiones neuronales. Por eso es importante establecer rutinas que permitan cubrir el tiempo de descanso necesario para cada persona, además de exponernos regularmente a la luz del sol.

En cuanto a la alimentación, no hay duda de que “somos lo que comemos”. Cualquier cosa que ingerimos se refleja en nuestro estado físico y mental, así como cualquier deficiencia de nutrientes. Además, cada vez más estudios avalan la increíble interconexión entre la microbiota y el cerebro. Pronto escribiré un artículo sobre esta cuestión.

6. Rodearnos de personas que aportan valor a nuestra vida

Tan importante como cualquier de los puntos anteriores, es el círculo de personas que tenemos a nuestro alrededor. Como seres sociales que somos, necesitamos pasar tiempo con otras personas, disfrutar de su compañía, sentir su apoyo y su presencia.

Se ha demostrado que tener relaciones sociales de calidad reduce los niveles de cortisol, que se traduce en una reducción de estrés acumulado. La soledad, aunque necesaria en pequeñas dosis, si se descontrola puede ser verdaderamente dañina.

En este sentido, tengo una última recomendación….

… ¡PEDIR AYUDA!

En la presentación de mi libro también aproveché para agradecer a todas aquellas personas que me han apoyado, que han confiado y creído en mí, y han decido acompañarme en esta aventura tan maravillosa.

Pero además, mencioné lo importante que ha sido para mí el darme cuenta de una cosa: ¡qué lícito es pedir ayuda cuando la necesitas!

Muchas veces he pecado de tratar de hacerlo todo yo sola. Hasta que me di cuenta de que se llega mucho más lejos cuando unimos fuerzas y trabajamos en colaboración. Como reza el proverbio africano:

“Si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado”

¡¡Millones de gracias a todos!!

Gracias, de verdad, por estar al otro lado de la pantalla 🙂

2 Comments

  • Silvia dice:

    Hola Raquel,
    la importancia de la salud mental está de actualidad.En las redes sociales,en los medios de
    comunicación en las conversaciones privadas surge esta cuestión ,cómo cuidar la salud mental.No es
    sólo un tema de adultos y mayores,los jóvenes y los niños también están expuestos.
    Vivimos en una sociedad que nos convoca con sus tentaciones y luego nos frustra.Tenemos que volver a
    la búsqueda interior,a indagar en nosotros mismos,confiar en nuestras posibilidades.
    La ayuda atenta de un amigo,la atención de un terapeuta,pueden disipar la nube negra que a veces nos
    rodea.Busquemos esa compañía y esa comprensión.
    Un abrazo.

    • Raquel dice:

      Hola Silvia, muchísimas gracias por tus palabras. Tienes toda la razón, la salud mental es una cuestión que cobra cada vez más importancia en todas las esferas de nuestra vida y, por suerte, estamos siendo cada vez más conscientes del impacto que tiene en adultos, jóvenes y niños. Qué bueno que vayamos contando con más recursos y con una sociedad cada vez más abierta a aceptar esa nube negra de la que hablas, y trabajar para que se disipe poco a poco. Un abrazo 🙂

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