CHOQUE CULTURAL INVERSO: LO QUE NADIE QUIERE CONTARTE

By 18/06/2020junio 4th, 2023Cultura, Gestión de la Diversidad, Viajes

Si has viajado a otro país, es muy probable que lo hayas experimentado. Las personas se comportan de manera distinta, tienen costumbres y formas de relacionarse que no encajan con las tuyas. Sus hábitos gastronómicos te llaman la atención y sus celebraciones te sorprenden. Seguramente, esta experiencia te produjo una mezcla de emociones excitantes.

Si has tenido la suerte de permanecer lo suficiente para conocer y comprender esta nueva forma de vida, habrás pasado por una serie de etapas y síntomas. Es posible que incluso te hayas llegado a sentir un poco fuera de lugar, hasta terminar adaptándote a la nueva cultura.

Enhorabuena, has pasado por un choque cultural. Y lo has superado.

¿QUÉ ES UN CHOQUE CULTURAL?

Por poner una definición de choque cultural, podemos decir que se trata del estado de ansiedad y confusión que experimentamos al entrar en contacto con un entorno social completamente distinto, donde los patrones culturales nos resultan desconocidos. Además, suele ir acompañado del sentimiento de soledad al encontrarnos lejos de la familia y los amigos.

Los ejemplos más característicos están representados por la situación de viajar a otro país por motivos laborales, pero también puede darse al permanecer un tiempo en un lugar distinto para aprender un idioma, estudiar, o por motivos personales.  

Cada persona experimenta el proceso de adaptación cultural de manera diferente, dependiendo de distintos factores. Sin embargo, todos pasamos por las mismas etapas y manifestamos una serie de síntomas, característicos del choque cultural. Los más típicos son:

  • Tristeza y soledad, melancolía y añoranza
  • Rechazo y aislamiento
  • Idealización de nuestros propios patrones culturales
  • Trastornos del sueño y de la conducta alimentaria
  • Deseos de relacionarnos con personas de nuestra propia cultura y con personas que entiendan nuestra situación
  • Falta de motivación y confianza, apatía
  • ……

CHOQUE CULTURAL: PROCESO Y ETAPAS

El choque cultural conlleva un proceso de adaptación al nuevo entorno. Todos pasamos por distintas fases, y en cada una de ellas se producen una serie de emociones y sentimientos característicos. El proceso, en orden, sería el siguiente:

1. La Luna de Miel:

Al llegar al lugar de destino, las primeras sensaciones que experimentamos son de entusiasmo e interés por todo lo que vemos alrededor, como si de unas vacaciones se tratase. Todavía no se ha producido un contacto profundo con la cultura local, por lo que es común que se idealice la realidad.

2. Choque Cultural o Etapa Hostil:

Empiezan a producirse sensaciones de ansiedad y frustración derivadas de las nuevas costumbres y hábitos culturales. Empezamos a comparar con nuestro lugar de origen y a añorar nuestros propios valores, tradiciones y a nuestra gente. Se produce una “desintegración” de esa realidad idealizada y, en ocasiones, empiezan a surgir los prejuicios y estereotipos. 

3. Aceptación e integración:

Empezamos a familiarizarnos con la cultura del lugar de destino, con sus valores y costumbres. Disfrutamos de las diferencias y de nuestro conocimiento sobre ellas, y empezamos a ser capaces de resolver los problemas derivados de estas diferencias culturales.

4. Adaptación y aculturación:  

Adoptamos una actitud positiva, ya no percibimos la cultura del lugar como algo ajeno a nosotros. Nos sentimos parte de nuestro nuevo grupo social, dejamos de sentirnos extranjeros. Aceptamos las diferencias y somos capaces de adaptarnos a la nueva forma de vida, por lo que se fortalecen las relaciones sociales y el sentimiento de seguridad y confort. Nos sentimos cómodos en el nuevo entorno y, muchas veces, llegamos a interiorizar la nueva cultura, lo que origina un proceso de aculturación.

EL CHOQUE CULTURAL INVERSO

Ya lo dejamos ver en artículos anteriores:

¿Qué tienen todas estas experiencias en común?

Todos ellos vivieron un gran Choque Cultural Inverso.

Te vas. Te sientes fuera de contexto, experimentas infinidad de conflictos culturales. Con tiempo y esfuerzo, consigues superarlo y empiezas a disfrutar de tu nuevo entorno social.

Te acostumbras a las nuevas formas de vida, a las distintas costumbres, a otras comidas y otros horarios. Aprendes una nueva forma de saludar y de relacionarte. Sientes que conoces y dominas su cultura.   

Y entonces, cuando por fin te sientes cómodo, cuando empiezas a entender sus normas y sus rutinas, cuando sientes que ya empiezas a formar parte del grupo social, toca “desacostumbrarte”.

Toca volver a tu lugar de origen, y retomar de nuevo tus propios patrones. Y lo más raro es que, a pesar de regresar a tu tierra, a tus orígenes, a tus raíces, te sientes más extranjero que nunca.

Esto es lo que se conoce como CHOQUE CULTURAL INVERSO.

El choque cultural inverso hace referencia a las sensaciones de angustia y confusión que experimentamos al retornar a nuestro lugar de origen. Muchos autores lo describen como una segunda migración y, como tal, conlleva un nuevo proceso de adaptación y la superación del duelo.

Para muchas personas, este duelo puede resultar realmente duro:

  • Volvemos a dejar atrás patrones culturales que ya habíamos interiorizado.
  • Nos despedimos de personas que, tal vez, ocuparon un lugar importante en nuestras vidas, y ya no estarán con nosotros.
  • Nuestra situación laboral y económica sufre una transformación.
  • El sentimiento de libertad que vivimos cuando estamos en otro país se ve afectado radialmente.

Es común que se produzca también cierto desarraigo y un cambio en la manera de percibir tu propia cultura. Ya no ves tu entorno de la misma forma. Empiezas a cuestionarte las rutinas que, hasta entonces, siempre te habían parecido normales y adecuadas. Y vuelves a experimentar un choque cultural, esta vez con tus propios patrones culturales.

¿CÓMO SUPERAR ESTE CHOQUE CULTURAL?

Existen ciertas estrategias que pueden ayudar a aliviar los síntomas derivados de este choque cultural inverso. Pueden resultar muy obvias, pero es absolutamente necesario que se tengan en cuenta:

  • Date un tiempo. Tu realidad habrá cambiado y, seguramente, la de tu entorno también. Necesitas readaptarte, comprender lo que te sucede. Es un proceso, y es necesario que no te exijas.
  • Busca apoyo. Rodéate de amigos y familiares con los que puedas hablar y sentirte seguro. Es importante que no te sientas presionado o juzgado. También puedes contactar con otras personas que han retornado y que han pasado por el mismo proceso que tú. Necesitas compartir tu experiencia y crear una red de apoyo que ayude a manejar la situación.
  • Busca distracciones. Apúntate a actividades, clases o talleres de tu interés. Deja que ese sentimiento de “libertad” continúe presente, eligiendo hacer aquello que te hace feliz.
  • Mantén el contacto con la cultura de la que procedes, si es lo que deseas. Algunas personas opinan que es mejor “cortar por lo sano” y olvidarte de tu vida pasada. Personalmente, considero que esas experiencias forman parte de ti, de quién eres, no tendría sentido eliminarlas por completo. Se trata de aprender a superar el duelo y de quedarnos con los aspectos positivos que, sin duda, suponen un gran aprendizaje y marcarán un antes y un después en nuestras vidas. 
  • Permítete estar triste o nostálgico. Necesitas tiempo. Si crees que necesitas ayuda psicológica para superar este proceso, no dudes en pedirla. ¿No llamas a un fontanero cuando se rompen las tuberías? ¿o a un técnico cuando no funciona internet? Es completamente lícito buscar ayuda y pedirla cuando la necesitamos.
  • Reconecta con tu cultura. Es posible que haya aspectos culturales que habías olvidado, o situaciones que ya no reconozcas. Es duro, pero eres tú quien debe volver a adaptarse, y no los demás.

Eso no quiere decir, en absoluto, que tengas que dejar atrás por completo los cambios que habías experimentado. Aprovecha todo lo que has aprendido, e incorpora en tu vida lo que ha sido importante para ti. Las personas estamos continuamente introduciendo cambios en nuestras vidas y nuestras rutinas, ¿por qué no aprovechar todo lo que las otras culturas te han aportado, para hacer tu vida más satisfactoria?

Al fin y al cabo, el contacto intercultural nos permite avanzar y reflexionar sobre nuestros propios comportamientos y valores. Es posible que, gracias a  las experiencias que has vivido en otros entornos culturales, te hayas vuelto más crítico y analítico con tu propia forma de vida. Se trata de buscar el sentido y de quedarnos con todo lo que enriquece y supone un valor añadido en nuestras vidas.

 Y tú, ¿qué choques culturales has experimentado? 🙂

4 Comments

  • Conchi dice:

    Creo que tienes razon,las vivencias y experiencias vividas no hay que dejarlas en un cajon.Hay que aprovechar todo,bueno o malo.De todo se aprende y te enriquece.

  • Almudena dice:

    Gracias por hablar de algo que muchas veces se da por olvidado y, que en ocasiones golpea con mucha más fuerza que el simple choque cultural de volar a otro país! Muy bien contado :))

    • Raquel dice:

      Muchas gracias Almudena!! Es cierto, muchas veces el retorno supone el verdadero reto..
      Te deseo muchísima suerte en tu próxima aventura!! No dejes de compartir tus experiencias!! 🙂

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