INDIA: MI PRIMER CONTACTO
Hace años, mientras estudiaba el Máster de Acción Solidaria Internacional, decidí viajar a la India para colaborar con una ONG y, de paso, hacer una pequeña investigación de campo sobre mi tema para el TFM: la población dálit. Sentía especial interés por la cultura india, así que me lancé a conocer todas sus curiosidades y peculiaridades.
Si no sabes nada de los dálits, te diré que es el grupo más vulnerable de la sociedad india. Puedes encontrar más información en mi artículo “India: cultura, tradiciones y costumbres sociales”. A pesar de lo mucho que me había preparado para ese viaje, el choque cultura fue muy grande e impactante.
CURIOSIDADES DE LA CULTURA INDIA
Cualquier persona que haya viajado a la India estará de acuerdo en que se trata de una sociedad muy peculiar, con una cultura bastante arraigada y plagada de aspectos sorprendentes. Estas son algunas de las cosas que más me sorprendieron durante mi viaje:
1. LOS BAÑOS
Sé que no es algo que sólo encuentres en la India, pero te diré lo que encontré yo:
Para empezar, el retrete más común allí es el “retrete turco” o típico agujero en el suelo. Sin embargo, sobre todo en las zonas más turísticas, es común encontrar nuestro modelo de retrete en la mayoría de hoteles y restaurantes.
Lo que no encontrarás en algunos alojamientos en la India, es una ducha como lo que nosotros conocemos. Es decir, en ocasiones, no hay un espacio del baño reservado y limitado, cuya función es retener ahí el agua, que puedas ducharte tranquilamente y no poner todo el baño perdido de agua.
Bueno, pues no fue mi caso. En el primer alojamiento en el que estuve, la ducha era eso, el mango de la ducha, simplemente. Y estaba ubicada a la mitad de una pared, con el desagüe en el medio del baño. Por tanto, cada vez que alguna nos duchábamos, el baño al completo se convertía en una piscina.
2. ANIMALES SAGRADOS
Había leído mucho acerca de la cultura del país, por lo que sabía que las vacas eran animales sagrados, y que podían campar a sus anchas por las calles. Sin embargo, no era consciente de que el mundo se paraliza si ellas lo hacen, literalmente.
No se las puede tocar ni molestar, aunque se paren en mitad de una carretera y los coches tengan que permanecer horas allí parados. De hecho, en mitad de la autopista, llegué a ver filas inmensas de coches dando marcha atrás para tratar de llegar a sus destinos, sin arrollar a los animales que veneran.
3. PERROS CALLEJEROS
Jamás olvidaré la primera imagen cuando, tras llegar al aeropuerto de Delhi y subirnos al taxi en plena noche, comencé a ver manadas y manadas de perros en las calles, durmiendo en plena carretera, peleándose, mendigando comida, y rascándose con fuerza para tratar de aliviar los estragos de la sarna que sufrían. Aquella imagen me horrorizó.
Me encantan los perros, y mi primer instinto fue correr en su ayuda. Más tarde aprendí que es algo absolutamente común allí. Sin embargo, no fui capaz de acostumbrarme a aquello. Y creo que nunca podría evitar el impulso de llevármelos a todos conmigo.
He de decir que la gente les tiene “respeto”, o al menos no les hacen daño. Intentan sortearles en las carreteras para no atropellarles, les dan restos de comida y, en una ocasión, vi a un chico arrastrarse bajo unos troncos para evitar que se hirieran en una pelea.
4. TRÁFICO
La primera vez que viajé en un Rickshaw, de veras pensé que iba a morir allí. Al principio me pareció súper guay. Quería sentir la cultura india, no cerrar los ojos ni un instante para no perderme un solo aspecto a mí alrededor. Pero he de decir que, cuando empezamos a tomar velocidad y vi pasar cientos de coches, personas, vacas, tucktucks, puestos ambulantes, cabras y motos rozándome, me di cuenta de que no era exactamente lo que tenía en mente.
Sin embargo, solo fue un momento de shock y algo de pánico, por mi vida y por la de todas las personas que caminaban despreocupadas entre los vehículos en marcha. En poco tiempo, empecé a disfrutar de esos desplazamientos tan intensos.
5. RESIDUOS
Hasta hace muy poco, en India no se generaba basura. Todos los residuos eran orgánicos, principalmente restos de alimentos. Por tanto, solían depositarlos en las calles, y los animales se encargaban de terminar con ellos.
Sin embargo, con la globalización llegaron los envases, los plásticos y la acumulación masiva de productos de desecho no orgánicos. La población, sobre todo en los pueblos y ciudades pequeñas, no estaba acostumbrada a ello y no conocía otra forma de desprenderse de ellos, más que depositarlos en las calles.
Es por ello que se empezaron a acumular grandes montañas de basura desperdigada por todas partes, pues no había contenedores o lugares específicos para este propósito. Sin embargo, los dálit encontraron una “oportunidad” en este hecho y, a día de hoy, muchos de ellos reciben algo de dinero a cambio de la recolección de basuras.
6. GANGES: DONDE CONVIVEN LA VIDA Y LA MUERTE
Mi primer destino fue Varanasi, la ciudad por la que pasa el Ganges y a la que los hindúes desean ir a morir. Se dice que un hindú debe visitar Benarés al menos una vez en su vida si desea llegar al Nirvana.
Cada mañana al amanecer, cientos de personas se purifican en los ghats. Rezan, se lavan y dan las gracias. Pero no sólo eso. El Ganges se considera un río sagrado, pero también es el más contaminado del mundo.
La población con menos recursos aprovecha para realizar sus quehaceres allí: lavan la ropa, los platos, los dientes, se bañan, etc. Es muy típico que, si vas en barca por el Ganges para ver amanecer, empieces a encontrar niños y también adultos nadando a tu alrededor. En el mejor de los casos.
Justo al lado de los ghats, se encuentran las piras funerarias. Cuando una persona muere, incineran el cuerpo allí mismo (con las mejores ropas y joyas del difunto), y lanzan sus cenizas al río. Es por ello que, unos metros más alejados, se puede ver a gente tratando de hacerse con restos de joyas no incineradas.
Sin embargo, cuando el difunto es un bebé, una mujer embarazada o ha muerto por la picadura de una serpiente, se lanza el cadáver al río sin incinerar.
Con todo este panorama, entenderemos porqué “la vida y la muerte conviven en el Ganges”.
7. DESCALZOS
Los indios dan mucha importancia al contacto con la naturaleza y con el entorno. Por tanto, antes de entrar en cualquier edificio (colegio, templo, hogar…), siempre se quitan los zapatos y permanecen descalzos.
Recuerdo que, en una ocasión, tuve la suerte de participar en un meeting con otras ONGs para hablar sobre el empoderamiento de la mujer en la india. La reunión se celebraba en uno de los centros de la ONG con la que fui.
Nada más llegar al edificio, lo primero que encontré fue un gran mueble en la puerta a rebosar de zapatos, chanclas y sandalias de todo tipo. Si eres de los primeros en llegar, es posible que dediques un rato a reencontrar tus pertenencias antes de marcharte.
Ese mismo día, también nos invitaron a la casa de otros asistentes para degustar una deliciosa comida típica del país.
8. DIVERSIDAD DE RELIGIONES
Seguramente sabrás que, en la India, conviven multitud de religiones. Conocí hinduistas, musulmanes, budistas… Pero, sin duda, me llamó mucha la atención una religión de la que no había oído nunca hablar: el sikhismo.
En Delhi, tuve la enorme suerte de visitar el templo sikhista más famoso: El Gurdwara Bangla Sahib.
Según me contaron, y así pude comprobar, los sikhs son súper bondadosos y hospitalarios. Para entrar a su templo, es necesario descalzarse y cubrirse la cabeza. Existen establecimientos justo al lado donde puedes informarte y dejar tus zapatos a buen recaudo (sin necesidad de dejar propina, lo cual me sorprendió gratamente).
Los sikhs predican con una serie de enseñanzas que le son transmitidas. Entre ellas, está el llevar una vida productiva y honesta; respetar y defender la igualdad sin distinción de castas, género, edad o estatus social; alimentar a los perros callejeros; servir desinteresadamente a la sociedad; y eliminar emociones como el egoísmo, la codicia o los apegos.
Además, seguramente reconocerás a los hombres sikhs por el turbante, que sirve para cubrir su larga melena, ya que no pueden cortarse el pelo. También cargan siempre con una daga.
Llevando a la práctica estas ayudas desinteresadas a la población más necesitada y vulnerable, en el propio templo existe un inmenso comedor que ofrece alimentos a diario para todo aquel que lo desee, totalmente gratis.
9. EL VALOR DE LAS COSAS
A no ser que vayas a un restaurante, que compres unas entradas, o adquieras un servicio con un precio preestablecido, es muy común que intenten regatear y pedirte más dinero del que realmente cobrarían por algún producto, sobre todo en ropa y regalos.
Para mí, resultaba bastante incómodo. Personalmente, no me sentía con el conocimiento suficiente para decidir cuál era el valor real de cada objeto: no sabía cuánto les habría costado conseguir los materiales, cuánto costaría hacer el producto, y cuál sería el precio normal.
Es por ello que empecé a preguntar a otras personas, principalmente de la ONG y de la empresa de turismo sostenible con la que viajaba. Ellas llevaban más tiempo en el país y, sin duda, conocían mucho mejor que yo los precios que debíamos pagar por cada producto.
En una ocasión, estaba mirando ropa en una tienda ambulante con las otras voluntarias. Querían comprar una camiseta y, como ya habían visto un par de veces el proceso, empezaron a regatear con el vendedor. Al final, éste se cansó y nos echó de la tienda. Moraleja: ten cuidado con restar valor a lo que ofrecen, puedes ofenderlos.
10. DIVERSIDAD Y CULTURA
En un país tan sumamente poblado, es normal encontrar tanto contraste y diversidad. Por suerte, estuve en varias zonas del norte del país. Pude comprobar el contraste entre la tradición de las zonas más rurales como Jaipur y Benarés, y el frenesí de las grandes ciudades como Delhi y Agra, donde la globalización ha dejado una profunda huella.
La influencia cultural se observa a cada instante: en los majestuosos edificios y templos sagrados; en las Universidades y centros de estudio; en las ropas y los adornos coloridos; en los olores a especias e incienso; la música y los bailes; su peculiar forma de gesticular “sí” y “no”; en la sonrisa de los niños.
En conclusión, para una persona que proviene de un país y una cultura totalmente distinta, todos estos aspectos que he comentado pueden resultar verdaderamente impactantes. Sin embargo, lo bonito es precisamente eso: aprender, ser consciente de nuestras diferencias, e intentar comprender su manera de actuar y de ver la vida. Me encantó poder vivir esta experiencia; poder conocer cómo viven, recorrer sus calles, ser testigo de sus gestos y de sus actividades de ocio, de su cultura.
MI ANÉCDOTA MÁS DIVERTIDA EN DELHI
Mientras estaba paseando por el parque y descubriendo las maravillas del Kutub Minar, empezaron a acercarse varias personas a pedirme fotos con ellos. A pesar de que iba acompañada de otras tres mujeres españolas, querían tomarse fotos únicamente conmigo.
Al principio eran personas solas o parejas. De repente, me di cuenta de que había una cola de gente esperando para capturar una imagen conmigo a su lado. ¿Por qué? ¿Qué tengo?
En parte me hacía ilusión que vieran algo llamativo en mí, pero también me mataba la curiosidad de saber por qué. Finalmente, decidí preguntarles a dos chicos jóvenes tras hacernos la foto:
- ¿Por qué queréis fotos conmigo?
Se pusieron nerviosos y no supieron darme una respuesta clara. Pero eso sí, empezaron a hablarme sobre su vida y sus expectativas de futuro. Muy majos.
Sinceramente, creo que lo más probable es que la primera persona me confundiera con alguien famoso, y el resto simplemente siguiera a la marea. Who knows…
En cualquier caso, fue una experiencia muy divertida que me dejó ser testigo del lado más sociable y curioso de la población india 🙂
P.D.: Otro día os contaré la anécdota de lo que vi en el tren que me llevó de Benarés a Agra.
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Amena e informativa tu página sobre la India.Conozco las tres grandes religiones,pero no sabía mucho acerca de los sikhs.
Las vacas sagradas,el río Ganges y los creyentes,la existencia de los parias,gentes que están de las castas,son aspectos muy característicos de esta sociedad.
Muy interesantes las anécdotas que cuentas,muy bueno tu artículo sobre la India.
Hola Silvia, muchísimas gracias por tu comentario. Me alegra mucho que te resulte interesante lo que escribo. Mi experiencia en la India fue sin duda muy trasformadora, me alegra saber que tú también conoces y disfrutas de los aspectos tan peculiares de su sociedad. Sigue compartiendo tus opiniones por favor, me encanta leerte. Y si quieres recibir todas las actualizaciones con los nuevos posts, no dudes en suscribirte al blog! 🙂
Raquel ,seguiré leyendo tus publicaciones y también intercambiando opiniones.
Leía estos días que ,lamentablemente,la pandemia está afectando mucho la India.Es un país superpoblado que no cuenta con todos los recursos sanitarios.
Un afectuoso saludo.
Muchísimas gracias Silvia, me hace mucha ilusión saber que estás ahí leyéndome. Como dices, el país no cuenta con un sistema sanitario muy robusto. Esperemos que se recuperen y que puedan hacer frente a esta situación de la mejor forma posible. Espero que disfrutes también con la publicación de esta semana. ¡Un abrazo!
Raquel,he encontrado en mi biblioteca la autobiografía de Ghandi,editada en Bs.As. en 1956.
Me preguntaba si los habitantes de la India tienen presente la figura de ese gran hombre que,sin violencia,logró la independencia de su país y desalojó al Imperio Británico.
Un abrazo.
Hola Silvia, ¡qué gran tesoro tienes en un biblioteca!
Sin duda, para ellos Gandhi es una figura inigualable. Es un héroe nacional al que deben gran parte de sus avances en cuestión de derechos y libertades, además de ser todo un símbolo de las revoluciones pacifistas. Es increíble lo que puede conseguir el ser humano, con la actitud y las palabras adecuadas. Ojalá el mundo entero tome ejemplo de figuras como él. Gracias por tus comentarios. Te mando un abrazo fuerte.