El pasado mes de julio, tuvo lugar en Madrid la celebración del Orgullo. Fue un estallido de colores, euforia y diversidad. Como siempre que estoy en Madrid durante estas fechas, asistí al desfile con unos amigos para apoyar la libertad de expresión y la diversidad sexual de cada persona. Tras varias conversaciones y experiencias, siento que aún tenemos mucho por hacer.
Eso me llevó a reflexionar sobre cómo la visión y opinión que cada persona tiene sobre la orientación y la diversidad sexual están influenciadas en gran medida por el contexto sociocultural en el que nos desarrollamos.
Influencia del Contexto Sociocultural
La orientación sexual y la diversidad sexual son aspectos intrínsecos del ser humano, pero su aceptación y expresión pueden variar significativamente según el entorno sociocultural. Factores como el país de residencia, la familia y el entorno inmediato juegan un papel crucial en cómo las personas perciben, sienten, experimentan y expresan su identidad sexual.
Por ejemplo, las leyes y normas sociales de un país pueden facilitar o dificultar la libre expresión de las personas que “no encajan” en los patrones sociales establecidos como la normalidad. En España, por ejemplo, la aceptación de la diversidad sexual ha avanzado notablemente, permitiendo celebraciones como el Orgullo en Madrid, que no solo promueve la visibilidad de la comunidad LGBTQ+, sino que también celebra sus derechos y logros alcanzados.
Sin embargo, en otros países, las leyes restrictivas y la discriminación pueden silenciar las voces de las personas LGBTQ+. En estos lugares, la represión y el miedo a la persecución limitan la expresión libre no solo de la identidad sexual, sino de la aceptación hacia uno mismo.
Por otro lado, la familia es una de las primeras y más influyentes instituciones en la vida de una persona. La aceptación o rechazo familiar hacia cualquier elemento que configura a la persona, ya sea su diversidad sexual, sus gustos y elecciones o cualquier otro aspecto, puede tener un impacto profundo en la autoestima y bienestar de los individuos. Familias que abrazan la diversidad y apoyan la orientación sexual de sus miembros fomentan un ambiente de seguridad y amor incondicional, que se traduce en una autoestima seguridad personal más fortalecida.
Por otro lado, el rechazo familiar puede llevar a la marginalización y problemas de salud mental, subrayando la importancia de la educación y sensibilización en temas de diversidad sexual desde el núcleo familiar.
Por su parte, el entorno social y cultural, que incluye amigos, compañeros y la comunidad en general, también moldea la percepción y aceptación de la orientación sexual. Comunidades abiertas y inclusivas donde la diversidad es celebrada y respetada, permiten a las personas LGBTQ+ vivir auténticamente y sin temor.
En contraste, entornos hostiles pueden perpetuar estigmas y discriminación, dificultando la integración y el desarrollo personal. La visibilidad y el activismo son herramientas poderosas para transformar estos entornos y promover una sociedad más justa y equitativa.
Por supuesto, no todo es tan idílico y “en todos los sitios cuecen habas”…
Hace unas semanas mi amigo me contó que, en la presentación de un libro sobre LGBTQ+, resonaban con fuerza distintos discursos de odio hacia la comunidad hetero. Mi amigo salió de allí bastante dolido y decepcionado, y esto me hizo pensar que, a veces, incluso dentro del grupo que “aspira a ser aceptado y reconocido”, hay quienes no aceptan lo diferente.
Siempre vamos a encontrar personas intransigentes e intolerantes que rechacen lo diferente, no solo en términos de sexualidad sino también en ideologías, color de piel, residencia, acentos, nacionalidad, procedencia, estética, etc. Siempre habrá gente que trate de elevarse a costa de hundir a otros. Sin embargo, en mi opinión, ahí no es donde debemos poner el foco.
Nuestras energías deben estar en fomentar que cada vez sean menos las personas que no aceptan ver más allá de su nariz. Esto, sin duda, no se consigue a través de discursos de odio; se consigue visibilizando, uniendo y acercando diferentes realidades que nos hagan empatizar, comprender, ponernos en el lugar del otro, y aceptar que tenemos nuestras diferencias pero son esas mismas las que nos fortalecen y nos enriquecen.
Celebrar la diversidad sexual no solo es un acto de apoyo a la comunidad LGBTQ+, sino también un paso hacia la creación de un mundo donde todas las personas puedan vivir con dignidad y respeto, independientemente de su orientación sexual. Reafirma nuestro compromiso con la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos.
A medida que avanzamos hacia una mayor inclusión y aceptación, es crucial reconocer y celebrar estas diversidades para construir una sociedad más equitativa y justa para todos.
La celebración del Orgullo en Madrid es un ejemplo brillante de cómo podemos unirnos para apoyar y celebrar la libertad de ser quienes somos.
Hola Raquel,
la celebración del Orgullo en Madrid atrae a participantes de todo el mundo.España ha evolucionado de una manera positiva como sociedad integradora y respetuosa de la diversidad sexual.
No ocurre otro tanto en países de África y de Asia.
La familia,comprensiva y afectuosa,juega un papel muy importante en la autoestima de una persona con diversidad sexual.
Un abrazo.
Hola Silvia, muchas gracias por tu comentario. Totalmente de acuerdo con lo que cuentas, por suerte la sociedad española se muestra más tolerante y abierta ante formas diferentes de sentir, amar y mostrarse al mundo. Además, el entorno familiar y social juegan un papel clave en la autoestima y aceptación de uno mismo. Un abrazo!