Uno de los libros sobre diversidad cultural que más recomiendo es la obra de Julien S. Bourrelle. Este gran hombre, como podéis ver en los vídeos de sus presentaciones, hace un análisis muy bueno sobre la percepción que tenemos del mundo según el entorno cultural en el que nos criamos.
De esta forma, él explica que, cuando tomamos contacto con una nueva cultura, existen tres maneras de reaccionar:
- Confrontación: no aceptación de los rasgos culturales ajenos, “mi cultura es mejor”;
- Queja: burla y rechazo a lo desconocido, lo que conlleva un proceso de segregación;
- Adaptación: observar, aprender y comprender los comportamientos del otro, y adaptar nuestro propio comportamiento al entorno social.
Julien nos ofrece un ejemplo divertido para comprender este choque cultural:
Él explica que, de visita en España con un amigo, el guía turístico ofrecía un discurso apasionado sobre el proceso de realización del cava. En un momento concreto, miró fijamente a su amigo, recriminándole que su historia no evocaba ningún tipo de emoción en él, que no le interesaba todo lo que él estaba contando. En este momento, Julien explica la reacción física de su amigo noruego:
No es que su amigo no se sintiera intrigado y emocionado con la historia que el guía contaba, es que el guía no estaba obteniendo el feedback emocional al que estaba acostumbrado.
El guía turístico estaba interpretando el feedback emocional de su amigo a través de sus propias GAFAS CULTURALES (CULTURAL GLASSES). Es decir, estaba interpretando su comportamiento en base al significado que tiene en el lenguaje corporal en su propia cultura.
Voy a compartir la siguiente reflexión de Julien, que me parece realmente fascinante:
Todos nosotros vemos el mundo a través de unas gafas culturales, las lentes a través de las cuales nuestro cerebro ve el mundo condicional nuestra realidad.
Pero si cambias las lentes, no solo puedes cambiar la manera en que tu cerebro percibe el comportamiento, sino que también puedes cambiar la manera en que la gente entiende, interpreta y se ve reflejado en las diferencias culturales. Y esa es la clave para beneficiarnos de la diversidad.
Si cambiamos las lentes, también nos permitiremos ver el mundo desde la perspectiva del otro, y si conseguimos hacer esto, vamos a ser capaces de resolver algunos de los mayores problemas a los que estamos haciendo frente en la sociedad actual, lo que significa que las organizaciones multiculturales de nuestras sociedades podrán hacer un buen trabajo.
A este respecto, es interesante destacar que los grupos formados por personas de diversas culturas presentan un 35% más de eficiencia en el trabajo.
La diversidad cultural incrementa las habilidades para resolver problemas. Incrementa la creatividad y la innovación. El verdadero reto al que nos enfrentamos es hacer que las personas sean capaces de comunicarse bien entre ellas.
Como decimos, nuestra cultura influye en la manera de actuar y de ver el mundo. Por ejemplo, según la cultura a la que pertenezcamos, hemos podido ser educados para convertirnos en personas independientes, o para formar parte de un grupo.
Todo ello influye en nuestra visión sobre la amistad, sobre las relaciones personales y sobre nuestra manera de comunicarnos en un entorno familiar. También son diferentes nuestras ideas en cuanto a la cercanía, lo que es cómodo y lo que no, la educación como grupo de normas y códigos sociales, etc.
Mi deseo es ayudar a la gente a comunicarse a través de las culturas, ayudar a la gente a ver los comportamientos de los demás no en base a lo que significa en su propia cultura, sino en base a lo que significa en la cultura del otro.
Para construir un “puente entre culturas”, debemos encontrar los “instrumentos” o herramientas que permitan a las personas comprender el mundo y conectar entre ellas a pesar de las diferencias culturales.
NO SE TRATA DE LO QUE VES, SE TRATA DE LO QUE PERCIBES. DEBEMOS CONTRIBUIR A QUE EL MUNDO SE BENEFICIE REALMENTE DE LA DIVERSIDAD.
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Sin embargo, los estudios realizados desde la sociolog a y la antropolog a sobre las diferentes sociedades y culturas humanas, demuestran que el discurso nativo sobre su propia cultura no coincide necesariamente con el discurso elaborado desde las ciencias sociales. Las razones de esta discrepancia son muy diversas y tienen que ver con la dispar selecci n de los hechos relevantes para la interpretaci n, el manejo diferente de los datos emp ricos y de estrategias metodol gicas propias en las ciencias sociales, la existencia de teor as y campos te ricos espec ficos en estas ciencias, el uso de modelos interpretativos en ellas ajenos a la l gica de los actores sociales, la existencia de procesos cognitivos distintos que obedecen a racionalidades distintas y, por supuesto, la funcionalidad social divergente que poseen las formas culturales y el conocimiento de las mismas. Todo esto nos induce a presentar una nueva propuesta sobre la educaci n multicultural. El objetivo espec fico de sta es transmitir, promover, facilitar la comprensi n cr tica de la cultura, de las culturas. Aunque llegamos a esta reflexi n al enfrentar el discurso nativo y su racionalidad con el discurso cient fico social y su racionalidad, no queremos presentar la cuesti n como un triunfo de esta ltima. No tiene sentido hablar de tal triunfo por cuanto la racionalidad de la ciencia socio-antropol gica se ha desarrollado en la atenta mirada a aquella otra racionalidad y en la observaci n minuciosa de los comportamientos que emanan de ella. Debemos aclarar todo esto para no caer en un etnocentrismo epist mico desde el que toda racionalidad, incluso aquella que tuvi semos que difundir para generar conocimientos cr ticos sobre la cultura, estar a sojuzgada a la cient fica.
Muchas gracias por esta aportación, me parece totalmente necesaria la aclaración que propones y muy oportuna en relación con el artículo. ¡Muchas gracias!